Juan propone cambio concretos en la vida de cada uno de nosotros, que siguen siendo necesidades previas para la venida del Señor: Para la insolidaridad, que es la base y el origen de la desigualdad, se propone compartir (consejo a las multitudes: “el que tenga dos túnicas…; Para la explotación, que engendra toda clase de odio entre los humanos, se propone la supresión de cualquier espíritu de injusticia (Consejo a los recaudadores: “No exijáis más de lo establecido); Para controlar la violencia de quien detenta el poder político y militar, se propone la no violencia y el evitar la injusticia que proviene de la insaciable ambición de poseer y dominar (consejo a los soldados paganos: “no hagáis extorsión a nadie…) ¡Vivamos en este tiempo de Adviento con alegría el encuentro con Jesucristo y preparemos nuestra vida para acoger al “Señor que vendrá”, rompiendo desde la disponibilidad todo aquello que rompe nuestra fidelidad y nuestro seguimiento!
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